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OPORTUNIDADES DE INTEGRACIÓN DE INSTRUMENTOS Y POLÍTICAS EN LA PLANEACIÓN AMBIENTAL

Enrique Provencio Durazo


El enfoque de desarrollo sustentable condensa una trayectoria de planteamientos y consensos internacionales en torno a la necesidad de lograr desarrollos nacionales que integren positivamente los objetivos económicos, sociales y ambientales. A continuación se presenta una visión general de los logros y dificultades detectados a nivel mundial y, en particular, de la problemática que enfrenta la integración de políticas.

A cinco años de Río

Desde la Conferencia Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de 1992, en la que se estableció el compromiso político de cooperar en materia de desarrollo y medio ambiente a través del Programa o Agenda 21, la 47 Asamblea General de las Naciones Unidas convocó a un periodo extraordinario de sesiones en 1997 para realizar una evaluación global de logros y dificultades.

Los indicadores e informes así como la generación de conocimientos, apuntan a la persistencia de las tendencias de deterioro del medio ambiente y los recursos naturales y a la necesidad crucial de llevar a cabo revisiones permanentes.

Por su parte, el Informe GEO 1 del Programa de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente reconoce que efectivamente el medio ambiente mundial ha continuado degradándose y que persisten importantes problemas sin respuestas adecuadas. Entre éstos, se pueden citar los siguientes:

  • Continúan realizándose prácticas insustentables en el uso de recursos renovables -tierra, bosques, agua dulce, áreas costeras, pesca y aire urbano- los cuales están fuera de su capacidad de regeneración natural.

  • Los gases con efecto invernadero todavía se emiten en niveles más altos que la meta de estabilización acordada en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

  • Continúan disminuyendo las áreas naturales y su biodiversidad debido a la expansión de las tierras agrícolas y de los asentamientos humanos urbanos y rurales.

  • El creciente y penetrante uso de químicos para impulsar el crecimiento económico está provocando importantes riesgos de salud y de contaminación ambiental.

  • El desarrollo global del sector de la energía no es sustentable.

  • La constante urbanización y el crecimiento inadecuado de los centros de población debido a la falta planificación y de regulación de los usos del suelo, particularmente en las áreas costeras, coloca una tensión importante tanto al interior de las ciudades como en los ecosistemas adyacentes y en regiones alejadas.

  • Las interacciones complejas entre los ciclos globales biogeoquímicos están conduciendo a una acidificación amplia y extensa, a la variabilidad climática, a cambios en los ciclos hidrológicos y a la pérdida de la biodiversidad, de la biomasa y de la bioproductividad.

Áreas de mayor avance

Entre los avances destaca el desarrollo de un mejor marco conceptual con el despliegue de enfoques más específicos, como el de desarrollo humano sustentable. Se ha visto que el discurso del desarrollo ha cambiado, igual que su teoría y los temas en una perspectiva más rica, como los de población, pobreza, estudios de género, entre otros. Asimismo, ha habido una especie de eclosión de investigaciones y de publicaciones en la materia.

También se reconoce la generación de un mejor marco institucional para el debate y el establecimiento de compromisos. En sentido amplio, se ha ido generando una institucionalidad y sobre todo una legitimidad del enfoque de desarrollo sustentable con la creación de nuevas instituciones públicas, la generación de nuevos acuerdos internacionales y, en particular, con la creación de la Comisión de Desarrollo Sustentable de la Organización de las Naciones Unidas como instancia para promover la integración de las políticas relevantes para lograr la sustentabilidad del desarrollo.

Sin embargo, el enfoque se ha ido trasminando hacia diversos grupos y organismos, pero muy lentamente hacia las instituciones "duras", como es el caso de las normas y reglas informales que subyacen en usos y costumbres, educación y otros.

El mismo Informe GEO 1 reconoce los avances en la conceptualización y en el entramado institucional para el desarrollo sustentable, puntualizando esfuerzos sustanciales en las esferas de:

  • desarrollo institucional y marcos legales;

  • cooperación internacional;

  • tecnologías ambientalmente sanas y procesos de producción más limpios;

  • diseño y aplicación de instrumentos económicos;

  • participación pública y emergencia de la acción del sector privado.

A esta lista se suma el incipiente desarrollo de mercados ambientales y los esfuerzos por diseñar y generar indicadores de sustentabilidad.

Por su parte, la Comisión de Desarrollo Sustentable en su informe de 1997 presenta un balance de los avances que a nivel internacional se alcanzaron en tres áreas importantes, a saber: en las relativas a la conformación de las estructuras nacionales para la toma de decisiones; la implementación de instrumentos y programas, y el despliegue de políticas, programas y legislación.

En materia de estructuras nacionales para la toma de decisiones, los diversos países tienen mayores avances en la creación de órganos nacionales abocados a la coordinación del desarrollo sustentable y en los trabajos de revisión de su legislación después de la Conferencia de Río. En contraste, existen escasos avances, de manera particular, en la integración de sus Agendas 21 Nacional y Local (Gráfica 1: Avance en la conformación de la estructura nacional para la toma de decisiones), siendo uno de los instrumentos esenciales para la integración de políticas sectoriales, basada en el consenso y la corresponsabilidad de todos los actores sociales.

Respecto al avance en la implementación de instrumentos y programas nacionales, existe un creciente interés por incorporar el desarrollo sustentable en la educación y en la formulación e instrumentación de programas de reuso y reciclado. Por el contrario, los países todavía muestran grandes rezagos en la incorporación de programas de cuentas ambientales y, en menor medida, en cuanto a la disponibilidad de regulaciones para ecoetiquetados (Gráfica 2: Avance en la implementación de instrumentos y programas).

 

Finalmente, en relación al avance en la instrumentación de políticas, programas y de la legislación nacionales, resalta la importancia que se ha dado a temas claves: bosques y deforestación; biodiversidad; agricultura sustentable; planeación del uso del suelo y residuos sólidos. Por el contrario, existen pocos avances en la generación de programas sobre residuos peligrosos; cambios en los patrones de consumo y producción; océanos; desertificación y sequía; y desarrollo sustentable de regiones de montaña (Gráfica 3: Avance en la instrumentación de políticas, programas y legislación).

Para el caso de México, la estrategia para inducir el tránsito hacia un desarrollo sustentable se concentra en tres grandes vertientes: la contención de las tendencias de deterioro del medio ambiente y los recursos naturales; el fomento a un aprovechamiento y uso más sustentable de los recursos naturales y en acciones de conservación que contribuyan al desarrollo social, especialmente, mediante el impulso de programas integrales regionales. Los cambios están ocurriendo en los ámbitos de las reformas institucionales, la adopción de nuevos enfoques, estrategias y políticas, el desarrollo de la regulación ambiental, las innovaciones en una gestión ambiental descentralizada, y la creación de nuevas condiciones para la participación social.

En la última reunión de evaluación de Río, se ha reconocido el esfuerzo de formación y operación de su Consejo Consultivo Nacional para el Desarrollo Sustentable y los compromisos que el país ha cumplido en cuanto a cambio climático, biodiversidad y en principios para la ordenación, conservación y el desarrollo sustentable de bosques de todo tipo. Asimismo, México ha ratificado diversos acuerdos internacionales como las Convenciones de CITES, Basilea, Desertificación, Biodiversidad y Cambio Climático; los de Discriminación contra la Mujer, Protocolo de Montreal, Derechos de los Niños, Población Indígena y la Ley del Mar.

 

Áreas de mayor rezago

 

En la gran mayoría de los países continúan manifestándose las problemáticas de orden social y económico identificadas en la Cumbre de la Tierra, como partes substanciales para la transición a la sustentabilidad.

  • El crecimiento de la pobreza y su persistencia continúa impidiendo y minando el desarrollo socioeconómico de muchas regiones del mundo, así mismo los procesos demográficos, en particular el crecimiento poblacional, en combinación con la pobreza rural y la inseguridad en la tenencia de la tierra, son factores que inciden en la deforestación y la constante degradación del suelo.

  • La constante urbanización impone retos sin precedentes en cuanto al ordenamiento territorial de los asentamientos humanos y el desarrollo urbano de los centros de población, especialmente para las autoridades locales de los países menos desarrollados. En las ciudades los problemas prioritarios continúan siendo su expansión física descontrolada, la eliminación de los residuos sólidos y líquidos y la contaminación del aire, por lo que en el futuro seguirán siendo elevados los esfuerzos financieros dirigidos a abatir su deterioro.

 

  • El consumo de combustibles fósiles en países industrializados se está estabilizando lentamente, pero muchas emisiones contaminantes continúan subiendo, especialmente las emisiones de dióxido de carbono responsables del calentamiento global. Asimismo, el rápido crecimiento económico en muchos países en desarrollo está llevando a una contaminación severa tanto a nivel local como regional y a un daño poco cuantificado de la salud humana. Se estima que para el 2050, el consumo de energía se habrá duplicado.

Otros temas presentan todavía ciertos rezagos, entre otros: patrones de consumo y producción, financiamiento, transferencia de tecnología y articulación e integración de políticas, tema que trataremos más ampliamente en las siguientes páginas.

Integración de instrumentos y políticas en la planeación ambiental: problemática básica

La OCDE reporta una serie de obstáculos comunes para que los países avancen en la integración de políticas en la perspectiva del desarrollo sustentable, entre los que destacan: Ia crónica ausencia de coordinación interinstitucional; Ia frecuente falta de disposición y práctica de los ministerios para una coordinación efectiva; y las insuficiencias en personal y de atribuciones de las autoridades ambientales.

Estos obstáculos marcan un contexto sumamente adverso para integrar y coordinar políticas, en particular si se considera la fragmentación de la acción gubernamental y el hecho de que la gran mayoría de los problemas ambientales ocurren en los sectores "no-ambientales" de la administración pública: agricultura, industria, hacienda y desarrollo urbano, entre otros. En la actualidad, todavía persiste la situación de que en la mayoría de los casos en que se logran imponer criterios ambientales a las políticas sectoriales, las razones y presiones originarias están asociadas a la protección de la salud humana. Muy rara vez se atiende a necesidades imperativas de cuidar a un recurso natural estratégico o atender un deterioro ambiental crítico.

Comúnmente los criterios ambientales sólo se "insertan" al principio o al final del proceso de toma de decisiones, a manera de condicionante de la política sectorial y no en el centro del proceso -como una constante y factor transformador- a partir de un enfoque más integral en la dirección del desarrollo sustentable.

Asimismo, eI proceso de integración de políticas se complica por el hecho, común para diversos países, de que el medio ambiente ya no está en el primer plano de la agenda nacional, como lo estaba en la década de los ochenta, en lo que se refiere al interés público o más específicamente a las preocupaciones más acuciantes de la ciudadanía. Por suerte, éste no es el caso de nuestro país.

El tránsito al desarrollo sustentable requiere de acciones de planeación y conducción, que presuponen cambios institucionales para traducir el concepto en acciones viables. Estos cambios se tienen que plantear en el sentido amplio de institución que abarca estructuras estatales, reglas no formales expresadas en expectativas, usos y costumbres, procesos de decisión, marcos legales, códigos de conducta por gremios, profesiones y agrupamientos sociales, compromisos y reglas internacionales y de mercados. Las instituciones son el basamento de la interacción humana, que determina las condicionantes para solucionar situaciones de intereses encontrados y establecer qué es socialmente aceptable: cuestiones que determinan las trayectorias, ritmos e intensidades de la transición al desarrollo sustentable.

Las tradicionales estructuras estatales y la hechura de las políticas públicas siguen predominando y resultan ser inadecuadas para inducir el tránsito al desarrollo sustentable ya que, por décadas, hemos reproducido una dinámica institucional y un diseño de políticas que no es proclive a la información al público, a la transparencia y al involucramiento y participación efectiva de Ios agentes interesados. Más aún, factores de insustentabilidad han estado inmersos en el mismo tejido de muchas políticas, programas e instrumentos de fomento. Hoy en día, nos adentramos a una larga etapa de revisión y ajuste.

El debate y la experiencia de varios países marcan como dimensiones de cambio institucional en la dirección del desarrollo sustentable, las siguientes:

 

  • integración de políticas y coordinación institucional;

  • transparencia con efectivo ejercicio del derecho público a la información;

  • definición de metas viables calendarizadas;

  • rendición de cuentas bajo un marco de evaluación estratégica.

Estas tres últimas vertientes presuponen la construcción de mecanismos de evaluación del desempeño institucional, ensamblados dentro de los procesos de decisión gubernamentales.

Por su parte, también existe un creciente reconocimiento internacional de que las metas deben constituir el marco en torno al cual se debe diseñar y construir la estrategia de desarrollo sustentable, como se observa en el actual esfuerzo estadounidense (The National Environmental Goal-Setting Programme) el cual contempla, como lineamiento básico, convertir al proceso de definición de metas en una responsabilidad interinstitucional, incorporando una consulta pública adecuada y el respaldo de los agentes más relevantes en función de las metas por alcanzar.

Desde la perspectiva ambiental, los rasgos deseados para el proceso de planeación son una expresión del tipo de cambios institucionales que demanda la integración de políticas:

 

  • perspectiva de mediano y largo plazo;

  • flexibilidad y una mejor información ambiental como factores clave;

  • responsabilidades ambientales compartidas entre varios ministerios,

  • corresponsabilidad con una diversa gama de actores sociales;

  • definición de metas ambientales y de mecanismos de rendición de cuentas por parte del gobierno.

Es decir, se requiere de una elaboración sólida y con sentido estratégico de planes ambientales y de propuestas programáticas para la incorporación de la dimensión ambiental en los planes sectoriales, como vía para la integración de políticas al estimular la cooperación interinstitucional, ubicar temas ambientales en la agenda gubernamental, considerar y privilegiar la construcción de capacidades estatales y sociales, y propiciar la formación de redes de consenso y confianza.

Vertientes de integración de políticas

La vía para inducir procesos de integración de políticas incluye acciones de cambio institucional en seis grandes vertientes:

  1. Integración vía concentración: concentrar atribuciones y responsabilidades en una sola entidad estatal, como es el caso de SEMARNAP en la que se integraron las respectivas a la política ambiental, de recursos naturales y pesca. La integración ha sido fortalecida mediante la reciente reforma a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente;

  2. Integración vía extensión horizontal: integrar factores ambientales en la formulación de políticas de los diferentes sectores, extendiendo las responsabilidades a lo largo de todos los organismos estatales; y generar espacios de interacción sectorial, como son los gabinetes y consejos especializados. Tal es el caso de la interacción que se ha dado con la Secretaría de Educación Pública para la incorporación de la dimensión ambiental en el sistema de educación formal y con el sector energético para incorporar criterios ambientales e incrementar la eficiencia del uso de la energía, entre otros aspectos;

  3. Integración vía extensión vertical: inducir que el propósito y enfoque del instrumento Manifestación de Impacto Ambiental se convierta en una metodología y práctica gubernamental de Evaluación Ambiental Estratégica (por sus siglas en inglés SEA, Strategic Environmental Assessment), que se extienda verticalmente hacia los planes, programas y políticas globales y específicas. Esta tendencia comienza a observarse en múltiples países, y es clave para "reverdecer" todos los sectores de la administración pública y para facilitar la integración vía extensión horizontal. En México, la Manifestación de Impacto Ambiental cobra también mayor fuerza a través de las reformas al marco jurídico, permitiendo trascender su carácter regulatorio unilaterial y convertirlo en una herramienta de autorregulación de los sectores productivos;

  4. Integración vía relación intergubernamental: generar mayor coordinación y mejor distribución de atribuciones entre los órdenes de gobierno, tendente a una gestión ambiental integrada y descentralizada. La descentralización de la gestión ambiental en México está actualmente orientada al fortalecimiento de las atribuciones que en la materia tienen los gobiernos de los estados y municipios así como a la descentralización de funciones en materia forestal, de pesca, parques nacionales y de agua, entre otras;

  5. Integración regional: orientar y respaldar procesos de desarrollo regional que contemplen la convergencia de propósitos económicos, sociales y ambientales. En este sentido se pueden citar a los Programas de Desarrollo Regional Sustentable, para la atención de regiones prioritarias del país; Frontera XXI, que representa un programa de cooperación entre México y Estados Unidos en materia de agua, residuos sólidos y peligrosos, aire, recursos naturales e información ambiental; los Programas de Mediano Plazo Estatales y las Agenda 21 Locales, como es el caso de la de Aguascalientes, a nivel estatal y municipal. Por su parte, el Ordenamiento Ecológico del Territorio, en particular los regionales, también son instrumentos de la política ambiental que fueron fortalecidos con la reforma a la legislación ambiental para inducir y regular los usos del suelo y las actividades productivas que se desarrollan en el territorio nacional;

  6. Integración vía relación con la sociedad: complementar y respaldar los enfoques y prácticas de comando y control gubernamental en la gestión ambiental, por medio de la consulta y deliberación pública, la acción conjunta y el involucramiento de los agentes sociales, que cristalice en entidades conjuntas, institutos y consejos, entre otros. En México se han ido consolidando el Consejo Consultivo Nacional y cuatro Consejos Consultivos Regionales para el Desarrollo Sustentable así como tres consejos técnicos consultivos en materia forestal, para la restauración y conservación de los suelos y de las áreas naturales protegidas, que conjuntan los esfuerzos y la participación de los sectores académico y de investigación, no gubernamental, social y privado.

Esta última vertiente está relacionada con la expansión del uso de los denominados instrumentos societales, que comprenden los mecanismos de participación social, acceso público a la información, esquemas de incentivos que propicien cambios en los patrones de consumo, y toda una variedad de medidas voluntarias o negociadas entre agentes relevantes y autoridades gubernamentales, como es el caso de los acuerdos voluntarios entre gobierno e industria. En este sentido, el Sistema Integrado de Regulación y Gestión Ambiental en la Industria instrumentado en el país, está permitiendo la coordinación institucional para favorecer la eficiencia administrativa así como la creación de espacios de convergencia entre los intereses de productividad y competitividad del sector privado y los intereses públicos que demandan un ambiente más limpio y saludable.

Dichos instrumentos presionan indirectamente a favor de la integración de políticas, mejoran el proceso de formulación de nuevas políticas, leyes y regulaciones y representan una vía de costo-efectividad y alta flexibilidad para alcanzar las metas pactadas, además de jugar un papel complementario a las regulaciones y los instrumentos económicos.

Actualmente en diferentes países se recurre a combinaciones de las mencionadas seis vertientes de integración, donde lo más importante es el balance entre ellas y el diseño de una estrategia gradual de articulación de políticas ambientales con las políticas fiscales por medio de impuestos ecológicos, reformas fiscales y redireccionamiento de los subsidios.

"Enverdecimiento" del gobierno e integración de políticas

Una tendencia muy positiva de cambio institucional a favor de la integración de políticas, está dada por el proceso de "enverdecimiento" del gobierno que comprende al conjunto de esfuerzos orientados a incrementar la sensibilidad ambiental en las operaciones e instalaciones gubernamentales, el cual presenta tres grandes bondades:

  1. El gobierno demuestra liderazgo al alcanzar altos estandares de desempeño ambiental en sus instalaciones y operaciones.

  2. El gobierno, con su importante capacidad de consumo y producción de bienes y servicios, y con sus mejoras en el desempeño ambiental de sus instalaciones y operaciones, contribuye significativamente al desarrollo de patrones de consumo y producción más sustentables.

  3. El "enverdecimiento" del gobierno tiene efectos positivos más allá de la esfera ambiental, entre ellos, la reducción de costos de operación y la creación de empleo.

En este sentido, la OCDE ha acordado las siguientes recomendaciones para sus países miembros:

La recomendación a nivel de política general consiste en integrar consideraciones ambientales en todas las facetas de las operaciones e instalaciones de gobierno, incluyendo las relacionadas con el proceso de toma de decisiones.

A nivel de políticas específicas, las recomendaciones sugieren la necesidad de:

  • identificar objetivos y establecer metas y tiempos para la optimización en el uso de energía, agua y materiales en las operaciones cotidianas, en particular, a través de medidas de reducción, reutilización, reciclado y recuperación;

  • alentar la eficiencia, uso óptimo y conservación de recursos naturales y minimizar la generación de residuos, en el diseño, construcción, y renovación de instalaciones y edifcios públicos;

  • instrumentar políticas de adquisiciones para privilegiar los productos y servicios cuidadosos del medio ambiente;

  • alentar y promover acciones en los otros órdenes de gobierno para que mejoren el desempeño ambiental de sus operaciones e instalaciones y alcancen los estándares del gobierno central.

Las medidas instrumentales sugeridas consisten en establecer mecanismos efectivos de consulta y de coordinación entre ministerios y agencias gubernamentales, que faciliten la integración de consideraciones ambientales en los procesos de toma de decisiones relacionados con operaciones e instalaciones del gobierno así como aplicar enfoques de sistemas administrativos ambientales en las etapas de desarrollo y operación de las instalaciones y, sistemas para monitorear avances y evaluar estrategias orientados a mejorar el desempeño ambiental.

Para concluir, se considera que las precondiciones para avanzar en la integración de políticas consisten en:

  • realizar valoraciones que guíen la toma de decisiones y la formulación de la política ambiental avanzando en la comprensión y vinculación entre los diversos problemas ambientales y en las interacciones entre medio ambiente y desarrollo;

  • aumentar la capacidad para la evaluación integral y para efectuar pronósticos y análisis del impacto ambiental de las opciones de políticas alternativas;

  • traducir los resultados científicos en un formato accesible para los formuladores de políticas y para el público en general;

  • desarrollar métodos útiles y de bajo costo que permitan monitorear las tendencias ambientales y los impactos de la política;

  • invertir en recolección y sistematización de información.

 

Referencias Bibliográficas

(1997). United Nations Environment Programme. Global Environment Outlook. "For life on earth", Oxford University Press, New York.

(1997). Naciones Unidas, Comisión de Desarrollo Sustentable. Assessment of Progress in the Implementation of Agenda 21 at the National Level: Summary Tables and Graphs, New York.

 

 

 

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Última Actualización: 27/08/2007